Alrededor de 600 años antes de Cristo, Daniel recibió revelaciones que se reflejarían hasta el día de hoy. Dios le había revelado el tema central del libro sagrado: la Profecía de las 2300 Tardes y Mañanas, la mayor y más compleja profecía de la Biblia.
Las visiones de Daniel preveían ascensos y caídas de reinos, anunciaban un gran período de tiempo en que las leyes de Dios no serían cumplidas y revelaban el segundo advenimiento de Cristo. Pero interpretar estas predicciones también fue un desafío para el profeta.
Esencial para entender la importancia de la espera que vivimos y de los principios de la verdadera palabra de Dios, la Profecía de las 2300 Tardes y Mañanas no fue estudiada solamente en el libro del profeta Daniel. Para comprenderla, los investigadores precisaron estudiar la Biblia como un todo.
Abrir infográfico7 semanas
(49 años)
62 semanas
(434 años)
1 semana
(7 años)
70 semanas (490 años) Dn 9:24-27
1810 años
2.300 tardes y mañanas (2.300 años) Dn 8:13-14
Daniel 9:24-27
24 “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.
25 “Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.
26 “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.
27 “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”.
Daniel 8:13-14
13 Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados?
14 Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.