El profeta Moisés libertó al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, lo guió por el desierto en busca de la Tierra Prometida y escribió el Pentateuco (cinco primeros libros de la Biblia).
Junto a Moisés, Aarón condujo el pueblo hebreo a la Tierra Prometida. Aarón actuó como portavoz de su hermano Moisés, y fue sumo sacerdote por 38 años.
Lugar donde los sacrificios eran ofrecidos para que los pecados fuesen transferidos al santuario, simbolizaba el sacrificio de Cristo (Efesios 5:2).
Era donde los sacerdotes se lavaban las manos y los pies antes de realizar un sacrificio o entrar al tabernáculo. El agua simbolizaba el Espíritu Santo (Juan 7:37-39), la Biblia (Efesios 5:26) y el bautismo (Juan 3:5).
Todos los días eran colocados en la mesa 12 panes, como ofrenda de cada una de las tribus de Israel. La ofrenda también simbolizaba a Jesús, el pan de vida (Juan 6:48).
Además de tener como función iluminar el santuario, el candelabro simbolizaba las siete iglesias de Apocalipsis (Apocalipsis 1:20). En la Biblia, las velas representan a Jesús, la luz del mundo (Juan 8:12), pero también muestran que debemos hablar del amor de Jesús, llevando luz al mundo (Mateo 5:14-16).
Representaba las oraciones de los santos (Apocalipsis 5:8). El incienso era quemado todos los días, para interceder por el pueblo de Israel.
Quedaba en el Lugar Santísimo. Tenía el vaso de oro con el maná (el cuidado de Dios), la vara de Aarón (dirección de Dios), y las tablas del pacto (justicia de Dios).