En el Egipto antiguo la expectativa de vida no pasaba de 50 años. Cuando los hebreos salieron del territorio rumbo a la
tierra prometida, comenzaron a seguir las enseñanzas de Dios. Por medio de Moisés, Dios mostró a los hebreos cómo un estilo
de vida más sana haría prosperar a la población. Fue durante el éxodo que la expectativa de vida del pueblo de Dios más
aumentó, y llegó a 70 años.
La Biblia tiene pasajes que hablan sobre la importancia de preservar la salud. En Romanos 12:1, 2, por ejemplo, Pablo
escribe: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. En este
pasaje bíblico, Pablo afirma que la calidad de vida no debe ser alcanzada solo para la longevidad, y sí para una relación
exitosa entre la criatura y el Creador. En el mismo sentido Paulo escribe en 1 Corintios 10:31: “Si, pues, coméis o bebéis, o
hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.
Para desarrollar y mantener una vida mejor físicamente, emocionalmente y espiritualmente la Iglesia Adventista del Séptimo
Día sigue ocho principios generales, conocidos como remedios naturales, que son: alimentación sana, ingestión regular de
agua, respirar aire puro, exposición a la luz solar, práctica de ejercicio físico, reposo, temperancia y confianza en Dios.
Según las doctrinas de la iglesia, el principio de confianza en Dios es imprescindible para la preservación de una salud
integral de calidad, ya que “confiar en Dios es más que saber que Él existe, sino tener una relación de amor con Él”.
Conozca más sobre los ocho remedios naturales:
Alimentación sana
Una alimentación sana involucra dos aspectos: evitar alimentos que perjudican el organismo y usar con moderación los
alimentos que son beneficiosos, destacando la alimentación vegetariana rica en fibras y nutrientes encontrados en los
alimentos integrales.
Ingestión regular de agua
El agua es esencial para transportar alimentos, oxígeno y sales minerales, además de estar presente en aquello que se elimina
como sudor y lágrimas, en el plasma sanguíneo, en las articulaciones, en los sistemas respiratorio, digestivo y nervioso, en
la orina y en la piel.
Respirar aire puro
Es fundamental buscar lugares donde haya ventilación en que el aire puro sea respirado.
Exposición a luz solar
Una de las principales orientaciones es que las casas tengan lugares de iluminación solar. A veces es necesario quitar
cortinas, abrir las ventanas, levantar persianas para que los rayos del sol entren en los ambientes.
Práctica de ejercicio físico
Los adventistas sugieren que las actividades físicas sean hechas diariamente, por lo menos 30 minutos cada día. También hay
investigaciones recientes que dicen que tres sesiones de 10 minutos proporcionan los mismos beneficios que una sesión de
media hora.
Haga reposo
Además de dormir el número de horas correcto diariamente, es importante reservar un día de la semana para un proceso de
restauración de las relaciones sociales y familiares, descanso de las actividades físicas y mentales cotidianas, y mayor
conexión espiritual con Dios.
Ejerza la temperancia
La temperancia involucra más que la abstinencia de ciertos tipos de drogas lícitas o ilícitas, sino el uso de los remedios
naturales de Dios, además de una vida equilibrada en el trabajo, en el ocio y en las relaciones personales.
Confíe en dios
Es imprescindible para una salud integral de calidad la vivencia de una religión práctica y no solo la fe nominal. Confiar en
Dios es más que saber que Él existe, sino tener una relación de amor con Él.